Iguana verde

La iguana verde o iguana iguana es un saurio de grandes dimensiones procedente de las zonas tropicales de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. Son animales de carácter tranquilo pero al ser reptiles que alcanzan los 2 metros pueden hacernos daño si no están acostumbrados a nosotros.

Su arma de defensa es su robusta cola, cuando se sienten amenazadas hacen un movimiento rápido y el efecto es similar al de un látigo. En ejemplares pequeños no es muy doloroso pero en ejemplares adultos puede ser peligroso. Para que esto no pase, debemos relacionarnos con nuestra iguana muy a menudo para que entienda que no somos ningún peligro para ella. Es más, hay gente que tiene a su iguana suelta por casa sin ningún problema. 

Por otra parte, aunque no quieran hacernos daño poseen unas garras muy afiladas que les sirven para trepar así que es recomendable usar guantes de cuero para manipularlas y que no nos arañen la piel. 

Terrario

Si te estás planteando tener una iguana tienes que tener en cuenta que es un animal que va a crecer mucho y necesita un terrario muy amplio, así que si no tienes espacio suficiente será mejor que busques otro reptil más pequeño. El terrario para una iguana adulta debería ser, como mínimo, de 2 metros de largo por 2 metros de alto y unos 60 centímetros de ancho.

La altura es importante ya que estos reptiles son arborícolas, es por ello que necesitaremos una decoración a base de troncos y ramas colocados en diferentes alturas por los que puedan trepar y pararse.  

Son animales diurnos por lo que necesitan de radiación ultravioleta para sintetizar la vitamina D3 y absorber el calcio,  para ello les crearemos una zona de asolación con una lámpara UVB.

La temperatura del terrario debería estar entre los 28 y 32 grados por el día, generando una bajada en la noche a 25 grados. 

La humedad deberá estar entre un 65% y un 75%, para conseguirlo debemos pulverizar de una a dos veces al día. Como son terrarios con mucha ventilación debemos estar pendientes de mantener una humedad correcta para no alterar el metabolismo de nuestra iguana. 

Es indispensable proporcionarles un recipiente con agua limpia, que cambiaremos cada 2 o 3 días, para que ellas puedan bañarse si lo necesitan. El recipiente tiene que ser bastante grande para que, al menos, pueda caber casi todo su cuerpo (sin contar la cola).

Debemos usar sustratos que retengan bien la humedad como sería la fibra de coco y tener cuidado de que no quede ninguna zona encharcada. 

Alimentación

En estado salvaje las iguanas se alimentan principalmente de hojas frescas de los árboles. En cautividad les podemos ofrecer una gran variedad de frutas y verduras, siendo las hojas frescas como la lechuga, los canónigos, etc, su principal fuente de comida. También podemos ofrecerles de forma menos regular fruta, como plátanos, manzanas o peras, entre otros, nunca le daremos críticos. 

Básicamente tenemos que prepararle una buena ensalada una a dos veces al día, es muy importante la rutina a la hora de alimentar a nuestra iguana. Le daremos de comer siempre a la misma hora y retiraremos la comida sobrante para que no se generen hongos u otros patógenos peligrosos. Aunque seguramente no nos dejarán mucho que retirar puesto que las iguanas son muy glotonas.

También es muy importante el aporte de calcio, espolvoreamos su comida de una a dos veces por semana. También podemos ofrecerles vitaminas D3 pero al ser herbívoros deberían conseguir este aporte vitamínico de la comida. Aún así no estaría de más espolvorear su comida con vitamina una vez por semana.