Serpiente del maiz

Sin duda alguna esta es la mejor opción para los principiantes. Hablamos de una de las serpientes más resistentes y más fáciles de cuidar, la guttata. 

Estas serpientes son colúbridos por lo que no alcanzan grandes tamaños, no contienen veneno y no son agresivas. 

Como son animales crepusculares no necesitan de luz ultravioleta así que solo necesitaremos alguna manta o cable térmico para mantener una temperatura óptima en su terrario. Pero aunque no necesiten radiación ultravioleta si que es conveniente proporcionarles algún tipo de iluminación que imita el día y la noche, unas 12 horas de luz al día. 

Se alimentan exclusivamente de ratones, de diferente tamaño según la edad y el tamaño de la serpiente, para saber qué ratón podemos ofrecerle nos fijamos en la parte más gruesa del cuerpo de la serpiente y ese es el tamaño óptimo del alimento que debemos ofrecerle. Cabe destacar que estas serpientes son de muy buen comer e incluso aceptan muy bien el alimento congelado, que previamente descongelaremos para dárselo. Se las suele alimentar una vez por semana, los dos días previos y posteriores a la alimentación no molestaremos a la serpiente para evitar una mala digestión. 

Es recomendable manipular a la serpiente de vez en cuando para que se habitue a nosotros así evitaremos posibles ataques al intentar cogerlas, aunque no suele ser lo habitual. A veces pueden confundir tus dedos con el alimento así que para cogerlas pegaremos los dedos de la mano y la situaremos encima de ella para que entienda que no es un ratón. Nunca intentaremos agarrarlas por la zona de la cabeza sino por el lateral. Aunque nos guste mucho tener a nuestra serpiente en las manos no es bueno manipularlas en exceso puesto que podemos provocarle estrés y esto siempre es peligroso para el animal y siempre que vayamos a manipularlas nos lavamos bien las manos antes y después de cogerlas.